domingo, 29 de abril de 2012

¿Vamos o nos llevan?

La nieve es un deporte que me encanta.
Yo comencé a esquiar a los 36 años sin idea de lo que era y lógicamente me enganchó.
La  adrenalina se dispara y es una gozada.

¿Por qué os cuento esto?

Este ejemplo me viene bien para hablar de los retos y la actitud personal para afrontarlos.
Muy relacionado también con la reacción contraria que muchas personas tienen ante situaciones de cambio.

Yo no puedo entender mi vida sin esas dosis necesarias que sistemáticamente aplico para cambiar el rumbo, perseguir algo diferente y sobre todo romper la rutina y la comodidad de lo conocido, auténtico cáncer de la creatividad y desarrollo de todo nuestro potencial personal.

Los que me conocen mejor saben que siempre estoy a la busca y captura de algo nuevo: una nueva aplicación informática, un nuevo curso de formación, una nueva actividad, trabajo, etc.

No es fácil explicar a la mayoría de las personas las razones de dicho comportamiento aunque también creo que eso es lo de menos ya que solamente unos pocos comparten esta forma de vida.

¿Eres tú tal vez uno de ellos?

 Hace meses recomendaba la lectura:
"Si funciona, cámbialo
Cómo innovar sin morir en el intento"
Autor: J.M. Ferrer Arpí, Franc Ponti           Ed. Gestión 2000
Ahora también os recomiendo el de Optimistamente del que hablaba en el post de ayer.

La mayoría de las personas que conozco ni se plantearían iniciar un deporte como el esquí a una edad en la que para casi todos los deportes ya estás acabado.
Supongo que si tu objetivo es ir a los juegos de invierno está claro que la cosa está difícil pero si optamos por una meta realista, por ejemplo, disfrutar de un día de nieve, bajando pistas a nuestro ritmo, en compañía de mis buenos colegas, cualquiera lo puede hacer.

Cada persona va a tener sus propias razones para no hacerlo, aunque en general, es esa forma de ver la vida como un vía de tren cuyos railes nos marcan la dirección, la que impide en muchos casos realizar nuevas actividades, proyectos, …

Por supuesto siempre está la sensación de pérdida de seguridad que todos sentimos cuando realizamos algo diferente, el sentimiento de vergüenza, el temor al error, el temido fracaso, etc.
En definitiva, toda una serie de barreras absolutamente psicológicas  que nos han ido filtrando en el cerebro a lo largo de nuestra vida y que configuran nuestro carácter y forma de actuar ante las decisiones que tomamos diariamente.

Lo curioso es que esto también es cultural ya que en otros países la actitud es mucho más favorable a los cambios. Por ejemplo hay muchos más emprendedores y gente que desarrolla sus propios negocios.
En España tenemos una predilección por trabajar para otros y eso también es significativo del planteamiento general que nos hacemos.

¿Podemos cambiar ese modelo personal? Seguro que si

¿Estamos dispuestos a pagar el peaje necesario? Críticas, incomprensión, rechazo, aislamiento, ...

Actualmente, por suerte para todos,  la posibilidad de cambiar es mucho más sencilla pues la mayoría de los problemas mencionados son rápidamente olvidados gracias a la herramienta perfecta:

las redes sociales nos permiten encontrar a nuestros afines, aquellos cuya actitud les ha permitido crecer, seguramente, incluso, destacar en medio del anonimato general y; gracias a ellos nuestra vida cambiará.

Os propongo un ejercicio muy sencillo. Si todavía no formas parte de ninguna red social, apúntate a una y márcate el reto de intervenir y  participar media hora cada día.
Te garantizo que no vas a ser el mismo.

Si eso es lo que buscas, no hay mejor momento.


Estoy seguro que el tema permite plantear muchas aportaciones así que os animo a ello.

2 comentarios:

  1. Hola, amigo Fran.
    Estar dispuesto a enfrentar cambios es, efectivamente, una cosa muy saludable. Por desgracia la mayoría de las personas se instalan en una zona de teórica comodidad de la que es dificil sacarles por muy dificil que se pongan las cosas. Acualmente es más necesario que nunca estar abiertos a nuevas opciones. Sin duda la situación de mucjas personas mejoraría personal y económicamente si tratasen de romper con los viejos esquemas y se atreviesen a reinventarse a si mismo.
    Y además, el lanzarse por una pista de esquí o en paracaidas por primera vez ayuda a nuestra capacidad de reacción, por una vez estemos "metidos en el ajo" el ser humano descubre que es más capaz de lo que creía ser.
    Buen artículo.
    Un saludo!
    José Luís Casado

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  2. Cambiar es un gran esfuerzo, diferente es ir enseñando otros caminos, esa capacidad siempre la tiene el que los conoce.
    Gracias por tu artículo, nos interesamos en la propuesta... y la vamos desarrollando con todos.

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